miércoles, 12 de marzo de 2008

"El periodista y el fotógrafo"





El fotoperiodismo está aún a mucha distancia de ser lo que pretende. De momento se mueve en una esfera elitista, sólo reservado para los más destacables fotógrafos, para los de reconocido prestigio, o para aquellos que llevan tanto tiempo unidos al visor de una cámara que tienen un ojo rectangular y los párpados blancos por la falta de sol. Sin embargo, el camino hasta llegar allí está borroso entre la niebla, no es una carretera por la que poder discurrir esa larga travesía. En términos alpinistas diríamos que es una vía sin abrir, y no se ve la cumbre, aunque si los otros picos lejanos de la cordillera.


En el sector periodístico falta luz para interpretar el fotoperiodismo. Nadie se atreve a decir que una colección de Nachtway (*), o cualquier otro genio de Magnum, no pertenecen al periodismo, nadie con una mínima formación en esto diría que no son auténticos fotoperiodistas o redactores gráficos. Sin embargo cuando un periódico tiene que enviar a alguien a cubrir una rueda de prensa, envían a un periodista o redactor, y a un fotógrafo. Así es la jerga del sector. No es de justicia que en este caso el nombre apropiado para definir a quien realiza un trabajo informativo, con todos los componentes de una noticia, cuya imagen es determinante para cualquier diario, se le llame con el mismo nombre que a quien fotografía un bautizo o toma fotos de plantas con fines artísticos (por supuesto con todos los respetos hacia estos profesionales).


Pero tampoco sería justo responsabilizar solo a los periodistas. Las posibilidades de formación y especialización en este arte tampoco son demasiado amplias. La mayoría de facultades de periodismo apenas ofrecen posibilidades de progresión académica en reporterismo gráfico, lo suelen tratar como un contenido complementario, pero no existe la alternativa real y profesional. Sin embargo, existe la opción de formarse como fotógrafo en cursos de grado medio, que luego se puede perfeccionar con postgrados o cursos especializados. Por supuesto, también existe la opción de estudiar periodismo y luego especializarse a través de cursos. En esta última opción, puede ser algo decepcionante, porque se adquiere un mejor conocimiento del mundo informativo, se aprende periodismo, pero si se dedica profesionalmente a hacer fotos, se le llamará fotógrafo y dejará de ser periodista, y da la impresión de que es un técnico que sólo acompaña al "periodista" a cubrir su noticia.



Vuelvo a repetir que es injusto. Los redactores destinados a cubrir noticias en conflictivas pueden guardar cierta distancia con el peligro, el reportero gráfico tiene que obtener el tiro de su cámara y evitar al mismo tiempo salir ileso, tiene que obtener la imagen que describe la noticia, que plasma lo que vería el lector si estuviese allí mismo, busca elementos informativos atractivos, descriptivos, a la vez que se asegura de que la luz sea adecuada y obtiene una composición idónea. En definitiva está obligado a estar al pié del cañón, en la línea de fuego, en la noticia.
No quiero decir con esto que no exista la profesión de informador gráfico. Sí, existe, pero no hay un consenso en su formación, ni en muchos casos, se le trata con justicia. La administración, el Ministerio, y las universidades podrían hacer mucho más apostando por una vía académica más extensa y especializada; más aún en el mundo en el que vivimos, en el que las "imágenes informativas" tienen más interés y relevancia que nunca; y los medios de comunicación podrían contribuir atribuyendo el respeto que estos informadores se merecen.


Por lo tanto, pongámonos deacuerdo, o somos redactores o informadores gráficos, ¡pero en ningún caso fotógrafos sin más!.

* http://www.jamesnachtwey.com/
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Cómo un jurado en la Universidad de Ohiao deciden los premios BOP Besto Of Photojournalism

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